Un grupo de auditores de la Corte de Cuentas se vio sorprendido por una orden recibida expresamente del más alto nivel, en la que les advertían que deben de parar una investigación sobre los fondos estatales que recibía una fundación, ligada a personajes importantes. Dicen que la orden se dio precisamente después que en el más alto nivel recibieran llamadas con solicitudes expresas al respecto…

Dicen que dos “señorones” de la política local intentaron llevar a sus partidos a un acuerdo político en su propio beneficio, pero que no tuvieron eco en ambos institutos políticos por las consecuencias electorales que dicho pacto traería consigo… Al final, todo quedó en una plática de viejos conocidos y el status quo de la situación actual…

Una orden gubernamental concerniente a una autónoma estatal quedó congelada por la resistencia de la persona a cargo a firmar lo que parecía ser una transacción bastante comprometedora… Dicen que ni una advertencia de consecuencias movió la firma y hasta el momento sigue a la espera… interesante.